Cuando crees que el camino que estás siguiendo ya no tiene obstáculos que vencer, que ya se puede ver la luz en el al final, todo se derrumba y oscurece poco a poco partiéndose en dos caminos en los que ya no sabes hacia donde partir y te preguntas una y otra vez ¿Cuál elijo? y decides pararte en medio de ellos, sentada, sola, a oscuras, completamente confundida. Esperando una simple señal de cualquier tontería para que al menos te impulse hacia uno o otro, pero, en este caso el tiempo corre y no se ve ni una simple estrella ...